Una tez luminosa está de moda. Tanto en verano como en invierno, soñamos con una piel satinada, brillante y libre de imperfecciones. ¡Hemos enumerado todos los buenos consejos para maquillar el cutis con un brillo de ensueño!

Prepara tu piel para recibir maquillaje

Sin una buena base, nada funciona. Cuando el maquillaje se aplica sobre la piel con problemas, tiende a acentuar la apariencia de imperfecciones y, sobre todo, a crear otras nuevas. Absolutamente todo lo que no queremos. Por eso, antes de cualquier tratamiento de belleza, nos aseguramos de preparar nuestra piel en diferentes etapas precisas:

• Limpia tu rostro : la limpieza es el paso número 1. Aunque el rostro parezca limpio, es fundamental eliminar el micropolvo acumulado ya sea durante la noche o durante el día. Por eso, antes de cualquier tratamiento de belleza, límpialo delicadamente con agua limpia y jabón (preferiblemente neutro y especialmente diseñado para el rostro).

• Tonifica tu piel: después de la limpieza, asegúrate de tonificar la piel para que se mantenga fresca y dinámica durante todo el día. Nada mejor que un buen chorrito de agua floral para despertarlo todo. El agua de aciano y hamamelia son excelentes para una piel tonificada y limpia de imperfecciones, ya que tienen una reconocida acción antibacteriana.
• Aplicar un sérum: para que la piel quede bien preparada aplicamos un sérum que se alojará en las capas profundas de la epidermis para nutrirla y hacerla suficientemente permeable al maquillaje. Utilizamos nuestro sérum habitual, lo aplicamos con masajes circulares con el fin de impregnar adecuadamente el material. El sérum unificará y suavizará la piel para prepararla para el resto del tratamiento de belleza.

• Aplica tu crema de día: después del sérum, viene la crema de día. Este último actúa como protección de la primera capa de la epidermis, a la que hidratará y nutrirá doblemente en abundancia. Lo elegimos según nuestras necesidades, antiarrugas, antimanchas, rellenador, etc. A la hora de aplicarlo, procura no descuidar ninguna zona del rostro, y aplícalo igual que el sérum mediante delicados masajes circulares.

• Mima el contorno de ojos: seamos realistas, rara vez pensamos en ello. ¡La zona de los ojos es una zona tan frágil del rostro! Éste es el que debemos mimar de forma prioritaria. Después de aplicar el sérum y la crema de día, ten cuidado de no saltarte el paso del contorno de ojos. Con una crema o sérum adecuado, dar ligeros golpecitos en el contorno para impregnar el material. Siempre desde el ángulo exterior del ojo hasta su ángulo interior.
• Aplicar el protector solar: otro paso que muchas veces se pasa por alto. Sin embargo, ¡el protector solar debería tener su lugar de honor en nuestra rutina de belleza! Actualmente existen algunos especialmente diseñados para el rostro, que no dejan un acabado graso ni blanco. Fáciles de esparcir, penetran fácilmente en la piel e incluso pueden actuar como prebase. ¿Por qué es importante proteger tu piel del sol? A pesar de las etapas anteriores, la epidermis sigue siendo frágil ante los rayos UV y es absolutamente necesario protegerla de ellos para evitar el envejecimiento prematuro, la formación de manchas pigmentarias o incluso problemas mucho más graves.

• Aplica una prebase: si quieres asegurarte de que la piel esté realmente lista y lo suficientemente suave como para adaptarse al maquillaje, puedes optar por una prebase.

Maquilla tu cutis por etapas

Al igual que preparar la piel, el maquillaje del cutis requiere una organización un poco precisa. Una vez que la piel está completamente preparada para acoger estos trucos, comenzamos a aplicar nuestro corrector en las pequeñas imperfecciones.

Luego viene la base. Para evitar el efecto yeso o apelmazado como les gusta llamarlo a las bellezas, tenemos cuidado de no excedernos con la dosis de material. La base debe ser ligera y fluida (no elegimos la máxima cobertura, por ejemplo). ¡Las cremas con color, las cremas BB o CC pueden ser la solución! Aplica la base con un beauty blender, una brocha plana o incluso con los dedos. Lo hacemos según nuestras preferencias y sobre todo con el método que más nos conviene.

Cuando la base esté uniformemente uniforme en el rostro, asegúrate de camuflar pequeñas imperfecciones como las ojeras con un corrector del mismo color o incluso un tono por debajo de tu tono de piel. Un formato fluido será ideal para difundir sin efecto material.

Domina tu brillo

Ahora que el cutis está fresco, suave y totalmente listo para brillar, le añadimos un pequeño toque extra para conseguir el brillo perfecto. Sobre todo nos centramos en materiales consistentes como un iluminador en crema o un formato en polvo realmente muy ligero.

El iluminador se aplica en las zonas que se quieran resaltar, como la parte superior de los pómulos, la punta de la nariz, la frente o incluso la barbilla. Se aplica en dosis muy pequeñas, sólo para acentuar el efecto resplandor sin que parezca una bola de discoteca.

Una vez completado este paso, añadimos un toque de colorete brillante en formato cremoso, que extenderemos sobre los pómulos. Este paso es importante ya que es el que realza el cutis y aporta ese efecto de brillo natural que todas buscamos.

Un paladar gourmet pero discreto

Para cerrar este maquillaje de tez perfecta, añade un toque brillante en tu boca para realzarlo todo, sin borrar el efecto natural de este maquillaje atemporal.

Optamos por colores discretos como el rosa viejo, el rojo pálido y el naranja cremoso. Preferimos materiales húmedos como brillo, aceite o bálsamo labial. Una tinta de labios mate arruinaría por completo el efecto de brillo.

Una mirada ligera y brillante

Al igual que con la sonrisa, no te excedas en el maquillaje de ojos. Una rápida pasada de rímel para alargar, dar forma y rizar las pestañas será suficiente para ensanchar los ojos y acentuar su brillante belleza. Si eres realmente fan de las sombras de ojos, puedes optar por tonos nude o cálidos en materiales cremosos y ligeramente iridiscentes, para que se fusionen idealmente con la piel.

Ojo, no nos olvidamos de las cejas. Los maquillamos ligeramente para devolverle consistencia al trazo, luego los fijamos con un gel fijador para un efecto lifting de cejas y una mirada despierta.

Terminamos con el toque final: la bruma fijadora y aquí tenéis un maquillaje de cutis totalmente luminoso y listo para aguantar hasta el final de la noche (o casi).