La mediación ha sido considerada una práctica milagrosa durante miles de años. Conocido por sus beneficios sobre la mente y las dolencias físicas, ¿puede afectar también a nuestra belleza? ¿Cómo y por qué? Hacemos balance. 

En un mundo trastornado, estresado y neurótico, la meditación se ofrece a muchos como una salida salvadora. Hay que decir que la práctica de este arte ancestral hace maravillas. Tanto sobre el estado psicológico como físico de quienes son fanáticos del mismo. Además del aspecto de bienestar que está muy presente cuando hablamos de meditación, desde hace varios años también hablamos de su efecto casi mágico sobre nuestra belleza. 

Meditación para reconectar con tu yo más profundo 

Mucho más que una moda adorada por las estrellas y otros influencers de moda, la meditación es ante todo una práctica ancestral practicada desde hace milenios por seres en busca de la verdad interior. El principio enunciado es simple: trabajo de respiración con plena conciencia que conduce al descanso del cuerpo y del alma. En la práctica, es otra cosa, porque la meditación es ante todo una cuestión de extrema concentración. Algo difícil para nuestro mundo actual, bañado en una atmósfera demasiado dinámica (a menudo en el mal sentido de la palabra). En el aspecto de la salud, varios estudios han demostrado repetidamente que el estado meditativo reduce drásticamente el estrés, la ansiedad y la depresión. En general, la meditación ayuda a mejorar el estado de ánimo y a borrar los pensamientos parásitos que te rodean para poder concentrarte en ti mismo. ¿El remedio ideal para el mal del siglo?

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¿Cuáles son sus efectos reconocidos sobre el metabolismo? 

La meditación de atención plena es una excelente manera de encontrar el equilibrio físico. La concentración que requiere ayuda a disminuir la presión arterial, mejora la memoria y estimula el sistema inmunológico. Aún más sorprendente es que la meditación reduce el dolor. La Universidad de California está dando seguimiento a un estudio durante el cual examinó a 12 testigos. La mitad de ellos practican la meditación con regularidad y son significativamente menos receptivos al dolor que la mitad que nunca la practica o casi ninguna. Otro hecho bastante llamativo es que la meditación practicada de forma intensiva modificaría (positivamente) el epigenoma humano. Entonces, ¿qué es? El epigenoma puede traducirse en una especie de elemento que modifica la lectura del código genético por parte de las células, modificando el ADN. Esta intervención puede tener varias consecuencias. Si es por estrés por ejemplo, podría tener un efecto negativo. Sin embargo, si entra en juego la meditación, estas modificaciones se pueden revertir completamente y de forma positiva… Incluso actuarían sobre las células envejecidas deteniendo su progresión. ¿La fuente de la juventud pudo haber estado siempre a nuestro alcance?

¿Cómo puede la meditación potenciar nuestra belleza? 

Lo habrás comprendido, la mediación es una verdadera fuente de bienestar para el cuerpo y la mente humanos. En sí mismo, puede considerarse simplemente un potenciador de belleza. Esto tiene sentido cuando sabemos que nuestro físico generalmente se ve alterado por el estrés, la ansiedad, el miedo, el cansancio o incluso por malos hábitos alimentarios y adicciones... La meditación (practicada regularmente) es radical en cuanto a sus trastornos del comportamiento humano. La práctica ayuda a ahuyentar cualquier rastro de ansiedad en nuestro interior. Con este primer punto (y no menos importante), el resultado es una relajación de los rasgos (adiós a las arrugas forzadas), una respiración más regular y una mejor oxigenación de la sangre (¡mejor regeneración celular!)… La ciencia se implica e incluso da crédito a la meditación. De hecho, expertos dermatólogos revelan y atestiguan que la meditación tiene un poder increíble sobre la regeneración celular. Una práctica regular (o incluso diaria) de meditación limitaría la oxidación de las células. Gracias a la respiración controlada, la sangre circula mejor en el cuerpo y permite una tez luminosa... El estado de calma creado por este momento de introspección favorece un sueño reparador que se traduce en un cuerpo más tonificado y una piel más radiante (adiós ojeras) y una Mente más fuerte para combatir adicciones como la cafeína, el alcohol y la nicotina. Se sabe que los tres son perjudiciales para nuestra belleza... Entonces, ¿quién empieza?