Alarga las pestañas, despierta la mirada, promete una mirada glamurosa y misteriosa con un simple movimiento de las pinzas... Hablamos, por supuesto, del rizador de pestañas, este accesorio de belleza adorado o subestimado. Te explicamos por qué es absolutamente necesario adoptarlo y sobre todo cómo utilizarlo correctamente.

¿Quién no ha soñado con tener una bonita curva y unas pestañas alargadas en un abrir y cerrar de ojos? Ciertamente todavía no es posible, pero con un poco de esfuerzo y los accesorios adecuados, el sueño de una curva perfecta puede convertirse en realidad.

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¿Qué es un rizador de pestañas?

La pregunta puede parecer estúpida, ¡pero no todo el mundo conoce los accesorios que pueblan los estantes de belleza! En definitiva, el rizador de pestañas es un pequeño accesorio manual que permite rizar las pestañas instantáneamente con solo unas pocas pulsaciones de las pinzas para realzar la mirada. Bajo la acción de la presión, las pestañas se rizan y pueden mantenerse durante horas. Es el complemento perfecto para quienes ya tienen las pestañas largas pero les falta forma. Lo preferimos en metal para un mejor agarre y longevidad.

¿Es seguro el rizador de pestañas?

No siempre es amor a primera vista cuando te encuentras con un rizador de pestañas. Su apariencia puede resultar aterradora. Algunos incluso lo consideran una herramienta de tortura y prefieren no utilizarlo nunca. El miedo a pellizcarte el párpado, romperte las pestañas o, peor aún, arrancarlas por completo está ahí. ¡No vamos a mentir, puede suceder! Estos son incluso los 5 principales errores que se deben evitar con un rizador de pestañas (pellizcar el párpado puede doler mucho). Si se utiliza incorrectamente, el rizador de pestañas puede romper las pestañas o incluso hacerlas caer... Afortunadamente, sabemos cómo hacer que las pestañas vuelvan a crecer de forma natural... Gracias a la acción potenciadora y natural del sérum para pestañas ROSEGOLD, también se puede aplicar. ¡Como tratamiento de tres meses para obtener resultados increíbles!

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¿Cómo utilizar correctamente tu rizador de pestañas?

Las instrucciones de uso no son realmente explícitas cuando compras un rizador de pestañas (si es que existe). Este pequeño aparato que parece destinado a la tortura sólo será una tortura si no sabemos utilizarlo. Para evitar el dolor, se deben seguir algunas reglas:

• ¡El rizador de pestañas siempre debe usarse antes de aplicar el rímel! Es muy importante y lamentablemente muchas veces nos vemos tentados a hacerlo después... ¿Por qué es mejor evitarlo? Debido a que la máscara apelmaza la pestaña y la endurece, en este caso se vuelve aún más frágil y propensa a romperse bajo el efecto de la presión del rizador de pestañas...

• Empezamos peinando estas pestañas con un pequeño cepillo de botella (el cepillo de una máscara de pestañas vieja por ejemplo), para poder separarlas.

• Prepara tu rizador de pestañas calentándolo previamente con un secador de pelo; el metal caliente suaviza el cabello, actúa como fijador y además previene las pestañas rotas. (Como las planchas que alisan el cabello).

• Toma tu rizador de pestañas en la mano, asegurándote de llevar las pestañas lo más cerca posible de la raíz (sin pellizcarte) y sobre todo de abarcar todo el flequillo.
• Pellizcamos el fleco de las pestañas de cada ojo durante unos 10 segundos.

• Aplica capas de rímel (sin exagerar, cuidado con los grumos) y ¡aquí tienes unas pestañas rizadas, alargadas y una mirada magnificada!

¿Dónde conseguir un rizador de pestañas?

Encontrarás este accesorio en todas las tiendas de cosmética, pero también en los supermercados. En realidad, puedes encontrarlo en cualquier lugar... Sólo nos aseguramos de que cumpla con los estándares europeos y lo preferimos en metal por su buena calidad.

¿Algún pequeño consejo para lograr una mayor eficiencia?

• Para una mayor eficacia, también puedes calentar tu rizador de pestañas con un secador de pelo, pero ten cuidado, necesitarás más destreza para evitar pellizcarte ¡Y quemarte!
• Cambiamos la tira de silicona periódicamente para mantener su eficacia.