¿Cómo elegir tu rubor perfecto?
¿Cómo elegir tu rubor perfecto?
Coralie Techer
Para dar un brillo saludable y aliviar las mejillas, ¡nada mejor que el rubor! Toque final de un maquillaje exitoso, ¿cómo asegurarte de elegirlo bien? Te revelamos los buenos consejos.
Al igual que nuestra rutina de cuidado de la piel y sus múltiples imprescindibles (desde el sérum para el contorno de ojos hasta la crema solar, pasando por el bálsamo labial ), nuestra rutina de maquillaje también contiene productos estrella de los que no podíamos prescindir... es el caso del colorete.
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La pequeña historia del rubor
¡El rubor o rubor no es de ayer sino de la Antigüedad! Ya entonces se utilizaban diferentes sustancias para dar un tierno color rosado a las mejillas... En el antiguo Egipto, las mujeres molían minerales como la malaquita y el ocre rojo para crear pigmentos que luego aplicaban en las mejillas. Entre los griegos y los romanos también utilizábamos tintes naturales elaborados a partir de plantas, flores y bayas para añadir dimensión al cutis. Fue durante la Edad Media y su época oscura (demasiado oscura), cuando el uso del colorete se hizo cada vez menos popular. En aquella época, la piel clara y pálida se consideraba un signo de alto estatus social y el uso de colores no era apreciado... Durante el Renacimiento, el ideal de belleza cambió una vez más y las mujeres comenzaron a introducir nuevamente el maquillaje en su vida diaria. Para las mejillas utilizan mezclas de sustancias naturales como flores secas, agua de rosas y pulpa de bayas.
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En el siglo XIX, se asoció con las mujeres ligeras antes de convertirse en un imprescindible del maquillaje. Las mujeres de la época usaban lápiz labial para pigmentar sus mejillas. No fue hasta principios del siglo XX que se materializó el sonrojo tal como lo conocemos hoy. Se lanzaron los primeros rubores comerciales que contenían polvos de colores especialmente formulados para la piel tierna y frágil del rostro. Hoy en día, el rubor se encuentra en diferentes formas: en polvo, en crema, rubor líquido, en barra e incluso en gel. Está elaborado a partir de diversos ingredientes, como pigmentos minerales, colorantes sintéticos y aglutinantes y sus fórmulas se adaptan a los diferentes tipos de piel (piel grasa, piel mixta, piel seca, etc.).
Los diferentes pasos para elegir tu rubor
Hay tantos coloretes como mejillas en este planeta (o casi...), ya que es el toque final de un maquillaje exitoso, es importante aplicar correctamente el colorete pero también elegir con cuidado. Para ello hay que tener en cuenta diferentes puntos.
Elige tu rubor según tu tipo de piel
La piel seca y la piel madura pueden solicitar el mismo tipo de rubor ya que su piel tiene las mismas similitudes. En estos casos, es preferible optar por un colorete en crema, líquido o en gel. Estas fórmulas hidratantes aportarán luminosidad a la piel y evitarán que luzca apagada. Ojo, evita los coloretes en polvo, pueden acentuar las zonas secas, incrustarse en líneas finas y envejecer aún más la piel.
Las pieles grasas y mixtas prefieren los coloretes en polvo porque tienen una textura ligera y mate que evita las iluminaciones provocadas por el exceso de sebo. Si tienes la piel grasa o mixta, asegúrate de elegir fórmulas sin aceite y de larga duración para evitar que el rubor se disuelva rápidamente. Evitamos los coloretes en crema que pueden dejar la piel aún más grasa... En determinados casos y si tienen una formulación adecuada, los coloretes líquidos pueden ser la solución.
Las pieles sensibles, por su parte, prestarán especial atención a la formulación. Ya sea un rubor líquido, un rubor cremoso o incluso un rubor en polvo, si tienes la piel sensible es fundamental tener cuidado al elegir un rubor hipoalergénico y sin fragancia para minimizar las irritaciones de la piel. Por ejemplo, los rubores minerales son una buena opción porque son más suaves para la piel y es menos probable que causen reacciones alérgicas.
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¿Qué color de rubor para qué color de piel?
¡Quien dice rubor dice color, quien dice color dice cutis! Para elegir el color de rubor ideal, debes confiar en tu color de piel. ¡Aquí hay algunos consejos para encontrar el rubor que siempre dará en el blanco!
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Piel clara: Para pieles claras, los tonos de rubor rosa pálido, melocotón claro o coral claro pueden resultar favorecedores. Evitamos los colores demasiado brillantes o demasiado oscuros, que pueden parecer artificiales en una piel demasiado clara. Siempre es mejor optar por tonos sutiles que aporten un toque de color natural a las mejillas...
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Piel media a oliva: para pieles oscuras (por debajo de oliva o amarillas), los rubores de tonos cálidos como el coral, el melocotón y el bronce generalmente son muy favorecedores. Los tonos de rosa medio o rosa tierra (por ejemplo, palo de rosa) pueden funcionar bien. Nos saltamos los tonos demasiado claros ya que es posible que no resalten lo suficiente en la piel.
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Piel oscura: Para pieles oscuras, los rubores ricos e intensos lucen hermosos. Los tonos bayas, ciruela, bronce intenso o terracota resaltan sin lugar a dudas la piel. Los tonos más brillantes como el fucsia y el coral oscuro también pueden quedar muy bien. Evidentemente evitamos los tonos demasiado claros que pueden dejar un aspecto ceniciento en la piel.
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Piel muy oscura: para pieles muy oscuras, nada mejor que un colorete en tonos intensos y profundos como ciruela, burdeos, chocolate, uva, rojo oscuro o tonos ladrillo que también resultan favorecedores. Dejamos de lado el resto de tonos que son demasiado claros y pueden no resaltar lo suficiente en tu piel.
Buenos consejos: si la textura de tu labial lo permite, definitivamente puedes usarlo en las mejillas como rubor. Este aspecto dos en uno es cada vez más popular entre las marcas de cosmética.
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