El bronceado es una parte inseparable del verano, pero hay que tomar las medidas adecuadas para evitar el riesgo de dañar tu piel. ¿Cómo broncearse naturalmente? Hacemos balance.

Con los días soleados surgen las ganas de broncearse y eso es normal. Debes saber que la piel se broncea en respuesta a la exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol. Estos rayos ultravioleta son una forma de radiación electromagnética emitida por el sol. Cuando la piel se expone a los rayos UV, las células de la piel (melanocitos) producen un pigmento llamado melanina.

Es la melanina la responsable del color de la piel, el cabello y los ojos. Actúa como una especie de escudo protector contra los rayos UV al absorber parte de su energía. Cuando los melanocitos detectan la exposición a los rayos UV, producen más melanina y la distribuyen a las capas superiores de la piel para absorber los rayos UV y ayudar a prevenir el daño que pueden causar. Esto explica por qué las personas con piel más oscura generalmente tienen una mayor capacidad natural para protegerse de los efectos nocivos del sol; su piel contiene más melanina;

Es importante entender que el proceso de bronceado de la piel es en realidad una respuesta a la agresión, ya que los rayos UV pueden dañar el ADN de las células de la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel... Por eso es fundamental tomar todas las medidas de protección posibles. al exponerte al sol, incluso cuando quieras broncearte.

Consejos para broncearse rápidamente sin correr riesgos

Sabemos que el bronceado es un proceso natural que requiere exposición al sol. Pero habrás comprendido que antes de salir de vacaciones y especialmente durante las mismas, es importante tomar precauciones para evitar quemaduras y daños causados ​​por los rayos UV y UVB.

Elige las horas adecuadas

Evite la exposición al sol durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 10 a. m. y las 4 p. m., cuando los rayos ultravioleta son más intensos. Favorezca la exposición más temprano en la mañana o al final de la tarde.

Ve allí gradualmente

Comience con períodos cortos de exposición al sol, aumentando gradualmente la duración con el paso de los días. Esto permite que tu piel se adapte gradualmente y desarrolle un bronceado más duradero. También puedes optar por tratamientos complementarios que preparen la piel para el sol, algunos pueden ser recomendados por tu dermatólogo.

Hidratar la piel lo suficiente

La piel bien hidratada tiende a broncearse más fácilmente. Utiliza una crema hidratante adaptada a tu tipo de piel corporal o un aceite vegetal como el de coco, de almendras dulces o de jojoba, para mantener una hidratación óptima. Para el rostro, continúa tu rutina favoreciendo texturas ligeras para tus tratamientos como un sérum facial y un sérum para el contorno de ojos . ¡No descuides tampoco tu ingesta diaria de agua, la mejor hidratación pasa ante todo a través del cuerpo interno!

No te saltes la exfoliación

Antes, durante y después de la exposición al sol, es recomendable exfoliar suavemente la piel mediante un exfoliante (ver cómo hacer un exfoliante casero ) para eliminar las células muertas. Una piel más suave y fresca promueve un bronceado uniforme.

Usa protección solar

Verano, primavera, otoño o invierno, use siempre protector solar con un factor de protección solar (SPF) apropiado para proteger su piel de los dañinos rayos UV. En verano, duplicar la dosis con un protector solar con índice SPF 50. Elige siempre un protector solar de amplio espectro que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB y prevenga las malas quemaduras solares.

Aplicar el cuidado para después del sol

Después de cada exposición al sol, aplica productos de protección solar calmantes e hidratantes para ayudar a calmar la piel y prolongar el bronceado. Los productos de aloe vera pueden ser especialmente beneficiosos, pero en el mercado hay muchos tratamientos disponibles para este fin.

Vístete en consecuencia

Use ropa ligera pero que cubra, como camisas de lino de manga larga y sombreros de ala ancha para proteger su piel del sol durante una exposición prolongada.

Adoptar una dieta equilibrada

Una dieta equilibrada de frutas y verduras que contengan antioxidantes puede ayudar a proteger la piel del daño de los radicales libres. Opte por alimentos ricos en esta sustancia, como zanahorias, tomates, espinacas y cítricos, tanto como desee para garantizar un bronceado rápido sin consecuencias desastrosas.

Cuidado, la exposición excesiva y sin protección al sol puede aumentar el riesgo de cáncer de piel pero también provocar un envejecimiento prematuro de la piel. Si tienes dudas específicas relacionadas con tu piel o la exposición al sol, lo mejor es consultar a un dermatólogo.